Sven Hassel (1917-2012) es autor de catorce novelas basadas en sus experiencias como soldado del Ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial. Con un realismo cercano y brutal narra las atrocidades de la guerra, los crímenes de los nazis y el humor cínico y tosco de los soldados. Sus exitosos libros han sido traducidos a 25 idiomas y se han vendido más de 53 millones de copias en todo el mundo.
1. La legión de los condenados
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La falta de soldados hace que Hitler usa cualquier posibilidad para llamar a filas. Criminales, presos políticos y desertores son amnistiados y mandados a la guerra. Todos terminan en un batallón de castigo y son mandados a los peores misiones. La obedeciencia ciega es de lo más crudo. No menos de veinte veces al día se les recuerda bajo maldiciones e instrucciones prusianas que pertenecen a un regimiento disciplinario y que serán los mejores soldados del mundo. El Regimiento Blindado no. 27 es obligado a luchar en una guerra en la cual ninguno de sus soldados tiene fé.
2. Los panzers de la muerte
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Los soldados del Regimento Panzer no. 27 están de retirada. Tienen que participar en el horroroso desescombro después de que las bombas aliadas hayan llovido sobre las ciudades alemanas. Las orugas de los tanques surcan por las estepas de Rusia debajo el garfio helado del invierno en una marcha de la muerte, que no parece tener fin. Miles de desterrados llenan las carreteras. Cazas rusos como carniceros vienen chirriando a baja altura y transforman la corriente de refugiados en un macabro grito hacia el cielo.
3. Camaradas del frente
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Escuchamos las orugas de los tanques que se aproximan. –Un T-34. Nos tienen que haber descubierto, susurra Hermanito. – ¡Quedaros hasta que esté aqui, entonces nos largamos! El repugnante traqueteo de las cadenas se acerca más y más. Conozco la angustia que se arrastra por la columna vertebral. Correr un segundo antes de tiempo es la muerte asegurada. Como conseguimos levantarnos no lo sé, las piernas funcionan automaticamente. El carro se menea encima del hoyo y aplasta todo lo que hay en él…Luego se aleja ronroneando.
4. General SS
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Hace un frío mordiente, 38 grados bajo cero. Stalingrado invierno 1942-43. Un viento helado barre la estepa y lanza cristales de hielo contra nuestras caras. Marchamos junto a miles de cadáveres congelados. Delante de la columna marcha el General SS silencioso e introvertido. Está furioso. Esto lo sabemos desde hace tiempo. Un fanático, que desea morir luchando. Y el General SS quiere llevar consigo al mayor número la muerte.
5. Batallón de castigo
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Un comando especial del regimento de castigo vestido con uniformes rusos conquista 4 carros de combate T-34. Esclarecimiento a larga distancia detrás de las lineas rusas en el Caucaso. El año es 1942. Hora tras hora los carros ruedan hacia el Este. Varias veces son invocados por las secciones rusas. Seguimos a los soldados en su lucha desesperada para volver a las lineas alemanas. Las distancias son grandes, los amigos pocos y la muerte siempre pisando los talones.
6. Gestapo
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Es como si todo el terreno volase por los aires. Una larga explosión retumbante sacude las lineas alemanas. Entonces se escucha un grito infernal. A través de los destellos de fuego se ve la enorme silueta de Hermanito con el bombín gris en la cabeza. Está al fondo de la trinchera enemiga con la metralleta presionada contra la cadera. Las trayectorias luminosas de los proyectiles son escupidos por el cañón. Siluetas despistadas huyen con pánico. -¡Son como el diable,! Exclama el teniente ruso con admiración.
7. Monte Cassino
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Monte Cassino, el monasterio sagrado al noroeste de Nápoles. Los alemanes han construido masivas posiciones defensivas. La batalla de Monte Cassino en el invierno y primavera de 1944 será un infierno indescriptible tanto para defensores como atacantes. Los aliados ponen en juego aviones, artillería, blindados e infantería de muchas naciones. Las fuerzas alemanas son capitaneadas por la mejor tropa de élite. Entre ellas el Regimiento de Panzer no. 27 – el regimiento de castigo. Nadie espera que haya supervivientes, aunque algunos habrá.
8. ¡Liquidad París!
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Hermanito aterriza sobre la escotilla trasera del acorazado. Es el puro suicidio. Vacía la carga de la metralleta dentro del carro. Con la rapidez de un relámpago salta a tierra y con un tiro maestro lanza una granada de mano por la escotilla abierta. El carro pesado gira salvajemente, aplasta a unos británicos debajo de las orugas antes de derrumbarse por un acantilado. Allí explota en un infierno de fuego. Los soldados de las unidades acorazadas alemanas atacan con lanzallamas y granadas de fósforo. Aqui no se cogen prisioneros. Los supervivientes son liquidados sin piedad…
9. Comando «Reichsführer» Himmler
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Corre el rumor de que tenemos que ser transferidos a Varsovia. Heide, que siempre está bien informado, sostiene que es un infierno allá. Se habla de retirada alemana en el frente del este. Miles de paracaidistas británicos han aterrizado y soldados polacos salen a raudales de los bosques. Pero el ejercito interior polaco ya está condenado a morir. No sólo por el Reichsführer Himmler en Berlin, sino también por el Mariscal Stalin. Los nacionalistas polacos suplican en vano ayuda al Ejército Rojo. Pero ya está decidido que los comunistas polacos tienen que tomar el poder.
10. Los vi morir
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Porta lucha por mantener el pesado carro blindado entre la columna de soldados. Un momento de descuido y habría aplastado una compañía entera. Una enorme bola de fuego cae en los setos delante del carro. Los soldados panzer se tiran de cabeza de los blindados buscando refugio. Con ojos aterrorizados y corazones latientes están echados al sol esperando la muerte. Un muro gigantesco de fuego se levanta hacia el cielo. – Órganos de Stalin, murmura Heide temoroso. Porta revoluciona el motor. Los carros fresan a través de sol y agua. Están en Moscú, 1941.
11. La ruta sangrienta
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Luchas sangrientas de partisanos braman en los Balcanes. Una lluvia de granadas de mano cae sobre la calle. Desde los tejados golpea fuego de metralla sobre el batallón de cazadores. Gimiendo serpentean los soldados buscando refugio. Cócteles Molotov explotan con estruendos huecos y el líquido incendiado rocía sobre humanos y material. –Partisanos, tartamudea el comandante despavorido, y salta del vehículo. Porta saluda y sonríe haciendo el idiota. – ¡Doy parte al Sr. Comandante que nos están aguardando el guateque!
12. Ejecución
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El Legionario gira el cañón de la metralleta. Las pistas de humo devoran las barrigas de los oficiales. Se tumban bruscamente en la nieve, que se tiñe de púrpura. Desde el bosque se escucha gritos bestiales al avanzar una ola de soldados vestidos con pieles. Se encuentran en el frente ruso-finlandes. Las metralletas regañan hasta vaciarse los cargadores. El pelotón del Viejo, con el gigante Hermanito y Porta en los papeles principales, lucha salvajemente detrás de la lineas rusas.
13. Prisión GPU
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Por lo menos un batallón de carros lanzallamas gira alrededor de si mismo como una manada de jabalís enloquecidos. Largas, ardientes lenguas de llamas de fuego bufan de las torretas y carbonizan todo lo viviente. Desde la prisión GPU chorrean muchedumbres de presos en rojo. Es como si los rusos hayan adevinado que están especulando huirse y quieren prevenirlo con un muro impenetrable de fuego, que se levanta hasta donde llega la vista.
14. El comisario
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Heide suelta un grito, salta por los aires y aterriza al otro lado de la cuneta, donde se escurre por el lodo como una excavadora. Nuestro carro empieza a retroceder con toda su fuerza. Porta evidentemente también ha visto el incordio, que está allí delante, al acecho para repartir muerte y mutilación. Nada se rumorea con tanta rapidez cuando la avanzilla se ha encontrado con las temidas minas. De golpe todo es silencio. Hasta la pesada ametralladora Maxim se calla. Todos mantenemos la respiración sólo esperando que explote la mina.
